sábado, 18 de septiembre de 2010

Sobre la variabilidad fenotípica del rebollo (Quercus pyrenaica) en la Sierra de Espadán

A la izqda. la hoja del individuo en cuestión, a la derecha, una hoja común de Q. pyrenaica

El Quercus pyrenaica (vulgarmente conocido como melojo o rebollo, según zonas) es un roble marcescente de preferencias submediterráneas (en transición entre el templado-humedo y el mediterráneo) y nétamente calcífugo. Tales necesidades ecológicas hacen que su presencia en el País Valenciano sea muy reducida, pudiendo encontrarlo tan sólo en Penyagolosa, Sinarcas y en las Sierras de Pina y Espadán. Es en ésta última zona donde pudimos encontrar, durante el transcurso de una excursión, un individuo con las hojas apenas lobuladas y de un tamaño cláramente menor que las del resto de individuos pero que a su vez mostraba un peciolo, color y pubescencia análogos. Descartando la posibilidad de que se tratara de un quejigo (Q. faginea) la explicación más sencilla al porqué de este individuo podría encontrarse en la introgresión, fenómeno muy común en el género Quercus por el cual se introducen carácteres de una especie en individuos de otra especie afín como consecuencia de cruzamientos y recombinaciones. En este caso lo más lógico sería pensar en la introgresión de Q. faginea, de ahí la disminución del tamaño foliar y la pérdida de lobulación, o incluso de Q. robur, a juzgar por la morfología de la hoja. Otros carácteres como las bellotas no pudieron ser comparados por no haberse encontrado. Si algún/a entendido/a quiere dejar un comentario o aportar un poco más de luz en el asunto se lo agradecería mucho.

viernes, 3 de septiembre de 2010

VERANO DE TRABAJO

Laguna de Peñalara (24/08/2010)

Al contrario que la mayoría de la gente, durante este verano me ha tocado currar. No como me hubiera gustado, pero al fin y al cabo he trabajado agusto, he hecho amigos y he podido descubrir innumerables paisajes desconocidos para mí hasta ahora: los inmensos pinares de Guadarrama o las dehesas de encinas y fresnos del Escorial en la Sierra de Madrid; las Tablas de Daimiel y los enigmáticos ojos del Guadiana en Ciudad Real; la subdesértica depresión del Ebro en Zaragoza; el mar de frutales de LLeida o la belleza alpina de la laguna de Peñalara, a pocos kilómetros de la sofocante Madrid.
De todo se aprende, y más si es viajando.
Bienvenidos a la nueva temporada de Valencia Forestal.