lunes, 26 de abril de 2010

VIEJOS ALUDES PIRENAICOS

Restos vegetales arrancados por un alud en el valle de Otal (Huesca, 24-4-2010)

Las enormes acumulaciones de nieve registradas este invierno en el alto pirineo han provocado un gran número de aludes: ingentes cantidades de nieve, roca y material vegetal desplazandose a gran velocidad y con gran virulencia. La consecuencia más nefasta de este fenómeno han sido las 6 víctimas mortales este invierno sólo en el pirineo oscense, y en segundo lugar el corte o destrucción de infraestructuras tales como vías de comunicación o tendidos eléctricos.

Por otro lado los aludes son capaces de realizar auténticas "cortas a hecho" en masas situadas dentro de su trayectoria. En la imagen se observan cientos de pies jóvenes de Abies alba y Pinus uncinata arrancados de cuajo a una altitud de 1600 m por un alud generado cientos de metros por encima, en el oscense valle de Otal. Estas jóvenes masas forestales situadas en canales de aludes históricos crecieron en los últimos treinta años como consecuencia de la disminución de las precipitaciones y del calentamiento global (menos precipitación y mayor porcentaje de lluvia respecto a nieve), que minimizaba las avalanchas (en número y cantidad), permitiendo el establecimiento de masas arboreas estables.

Pero este invierno ha sido como los de antes, y muchas de estas masas jovenes han acabado, literalmente, hechas "viruta" en los fondos de valle.

lunes, 12 de abril de 2010

CULTIVOS DE MONTAÑA, NECESIDAD DE CONSERVACIÓN

Cultivos de Algarrobo en Segart (Serra Calderona)
Los cultivos de montaña han sido desde tiempos ancestrales elementos propios del paisaje mediterráneo y muy concretamente del territorio valenciano. Estos elementos antrópicos creados en tiempos de mayores necesidades han ido abandonandose paulatinamente debido al éxodo rural y de lo ruinoso de la agricultura de secano, contribuyendo al aumento global de la superficie forestal de nuestro país.
Estas pequeñas parcelas (como la que aparece en un primer plano en la imagen) generan discontinuidades en general mucho más eficaces a la hora de frenar un fuego y estéticas que los propios cortafuegos, al tiempo que actúan de refugio para especies forestales tan "nuestras" como el algarrobo (en la imagen) y constituyen el hábitat para numerosas especies animales que precisan de espacios abiertos.
De las administraciones públicas depende el futuro mantenimiento de estas zonas, pues no se puede obligar al propietario a realizar un trabajo indispensable para todos si para él resulta económicamente ruinoso.